

Esta causa va en crecimiento en la ciudad y la región. La Jefa del Servicio de Neonatología del Hospital "Dr. Jaime Ferré", Ana Zanetti, expresó cómo actúan desde el nosocomio para ayudar a los recién nacidos y sus madres.
La preocupación por el consumo de drogas durante el embarazo crece en Rafaela y la región. Así lo confirmó Ana Zanetti, Jefa Médica del Servicio de Neonatología del Hospital Dr. Jaime Ferré, quien dialogó con REC Rafaela 92.1 y advirtió sobre un incremento en las mamás gestantes que llegan al parto con antecedentes de consumo, una situación que impacta directamente en la salud de los recién nacidos.
Zanetti trabaja desde hace 23 años en el efector público y reconoció que hasta hace algunos años se pensaba que esta problemática era lejana, propia de grandes ciudades como Buenos Aires o Rosario. “Uno creía que a lo mejor la droga estaba en otro lado y que no nos iba a tocar. Hablo desde el punto de vista médico: el consumo de drogas ilícitas en la mujer gestante”, expresó.
La profesional explicó que, además de las drogas ilícitas —cocaína, marihuana, crack, paco—, existen también sustancias medicamentosas como ansiolíticos y antidepresivos que muchas veces se consumen sin indicación médica. Hasta el año pasado, los casos eran esporádicos, “uno o dos por mes”, pero desde entonces comenzaron a registrarse con mayor frecuencia.
“Empezamos a notar un mayor consumo en las mamás gestantes. Este año lo empezamos a indagar, incluso desde la atención primaria de la salud. A la mamá se le interroga si tiene alguna enfermedad previa y muchas veces lo asumen, pero otras no”, indicó.
Según Zanetti, uno de los indicadores que encendió alarmas fue la aparición de partos domiciliarios tanto en Rafaela como en localidades cercanas. Esto suele estar asociado a situaciones donde la madre intenta ocultar su adicción, evitando controles de embarazo o ecografías.
Consecuencias para todos
El consumo de drogas durante la gestación implica riesgos importantes: malformaciones fetales, desprendimiento de placenta, partos prematuros y embarazos considerados de alto riesgo. En el Hospital Ferré, el porcentaje de niños internados no aumentó, pero sí creció el número de bebés que requieren observación por sospecha de exposición a drogas.
“Lo que nos aumentó es el niño que, si no detectábamos el consumo, se iba a la casa. Ahora, cuando hay sospecha o antecedentes, observamos al bebé por 5 a 7 días”, explicó. La evaluación se realiza mediante el score de Finnegan, un sistema que analiza cada tres horas variables como el llanto, la alimentación, el sueño y la irritabilidad, para determinar si el bebé presenta un síndrome de abstinencia.
En caso de signos graves —como convulsiones— se aplica medicación transitoria. “Solo dos niños necesitaron medicación. No hemos visto intoxicaciones agudas severas, pero sí cuadros de abstinencia entre las 48 y 72 horas después del nacimiento”, aclaró.
Uno de los aspectos más complejos para los equipos de salud es la decisión sobre la lactancia. Zanetti confirmó que las drogas pueden pasar a la leche materna y señaló que, por ejemplo, la marihuana llega a concentrarse hasta cinco veces más en la leche que en la sangre.
“Lo aconsejable es interrumpir la lactancia. Para nosotros fue muy difícil porque priorizamos la leche materna. La mayoría de las mamás quiere amamantar y decirles que no, sabiendo la importancia del vínculo, es doloroso para todos”, relató.
Mientras el bebé permanece internado, se lo alimenta con fórmula y se trabaja junto a la mamá con equipos de Servicio Social, el DIAT y otros organismos, evaluando si en el futuro puede retomar la lactancia. Sin embargo, “la mayoría finalmente no amamanta”, reconoció.
A pesar del impacto emocional que genera en las madres —que muchas veces manifiestan culpa y preocupación—, el equipo de Neonatología continúa abordando cada caso con acompañamiento y contención. “Sabemos que amamantar no es solo nutrición: es piel, vínculo, apego. Y tener que suprimirlo nos afecta también como servicio”, concluyó.
FUENTE: DIARIO CASTELLANOS













