

“Queremos seguir trabajando como lo hemos hecho hasta ahora, buscando una solución porque el problema ya lo tenemos, respetando los lugares de trabajo y no tener que movernos”, Luis Fernández luego de la reunión en el Concejo.
En la ajetreada agenda legislativa de este martes, en la última reunión de los concejales recibieron la visita de Luis Alberto Fernández, florista que conversó sobre la problemática que atraviesan.
“Vinimos a plantear que nos dejen el puesto fijo en los lugares que estamos a 200 metros de cada florería, no molestamos a la gente y no trabajamos con alimentos, simplemente con flores frescas con baldes que se ponen en los cordones, por ejemplo, en los puestos de Colón y Chacabuco en mi caso o en avenida Luis Fanti, donde ponemos una estantería”, señaló el visitante luego del encuentro por la tarde.
Y agregó: “Planteamos que nos cobren algo más, nos recategoricen y no estamos proponiendo no pagar; simplemente queremos seguir trabajando como lo hemos hecho hasta ahora, buscando una solución porque el problema ya lo tenemos, respetando los lugares de trabajo y no tener que movernos”.
“La gente está contenta con nosotros y no molestamos a nadie, no se ofrece las flores, estando de jueves a sábado y en casos excepcionales como el día de la primavera, de los enamorados y de la mujer. Fuimos escuchados por los concejales, vimos una buena predisposición y ojalá lleguemos a un buen acuerdo y podamos seguir trabajando, que nos hace tanta falta”, concluyó Fernández.
Previamente, había enviado una nota al Concejo Municipal, expresando que “quiero manifestar el profundo malestar y preocupación por la situación que vivo (y vivimos junto a varios colegas) día a día en nuestra ciudad. Somos trabajadores que contamos con contrato, pagamos los impuestos correspondientes y tenemos puestos fijos de venta y local comercial, en nuestro caso, dedicados a la comercialización de flores hace más de 50 años. A pesar de cumplir con las normativas, se nos dificulta más poder trabajar en paz. Pagamos mes a mes para tener nuestro espacio y cumplir con loque exige el municipio, pero aun así no es suficiente, ya estamos cansados. Es indignante que tengamos que movernos cada 40 minutos, cuando nuestro contrato establece claramente que el puesto es fijo. ¿De qué sirve tener todo en orden si el propio Municipio no respeta lo que firma? No somos improvisados ni ilegales, somos comerciantes que mantenemos a nuestras familias con trabajo digno”.













