Atlético de Rafaela se quedó con el clásico al vencer 2-1 a 9 de Julio en el Monumental de barrio Alberdi. Un triunfo que significó mucho más que tres puntos: sirvió para asegurar la clasificación a los playoff por el ascenso a la Primera Nacional y, sobre todo, para darle una alegría enorme a la gente. Tras el partido, el técnico Iván Juárez se mostró emocionado y dejó frases cargadas de sentimiento.
“Las sensaciones son de decirles gracias a ellos. Nos jugábamos un partido tan importante para nosotros, para la clasificación, y después regalarles el triunfo a la gente como lo han hecho. De verdad rescato la parte humana y grupal que tenemos, es todo de ellos y gracias a ellos”, destacó.
El DT no ocultó lo especial que fue ganar este clásico: “Siempre rescato que tengo gente detrás mío que deja la vida, mucha gente que está identificada con el club. Este partido para los que queremos tanto a Atlético tiene un valor muy emotivo. Después de tanto tiempo jugar lo que estamos jugando y que el resultado sea así, que el equipo haya jugado como jugó, me llena de orgullo. Todo lo que hacemos es parte de este club. Me emocioné porque se lo merecen ellos, y también la gente que a lo mejor no conoce toda la historia de Atlético. Estoy feliz porque ganamos el partido que teníamos que ganar: primero por la clasificación, y después por el regalo extra para la gente”.
Juárez también se refirió a la figura de Lucas Albertengo, capitán y referente de la Crema: “Yo siempre valoro la persona antes que el jugador, y Lucas incluye todo. Hice todo lo posible para que se quedara, y no era una cuestión de plata. Era una revancha personal para él. Se lo merece porque es un tipo recontra noble. Estoy agradecido de que me haya hecho caso el Flaco. Él está disfrutando, nosotros lo estamos disfrutando, y la gente también. Se ganó el cariño de todos”.
Por último, analizó la actuación de los más jóvenes y la expulsión de Enzo Wuattier: “De verdad me complicó en el último momento, pero Enzo es un pibe con un aplomo maravilloso. La inexperiencia le jugó una mala pasada con la expulsión, ahí se nos complica un poco el partido, pero yo hago lo táctico con los 23 o 24 jugadores que tenemos. Cualquiera puede entrar y hacerlo bien, y el funcionamiento del equipo sigue siendo el mismo”.
Con la emoción a flor de piel y la satisfacción del deber cumplido, Iván Juárez dejó en claro que este triunfo clásico no fue uno más: fue una demostración de carácter, pertenencia y compromiso de su equipo.
DIARIO OPINION
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