Los seis jinetes del apocalipsis peronista

PROVINCIALES 16 de septiembre de 2023 . .
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Sólo la mitad de los 12 senadores del PJ sobrevivió al huracán Maximiliano Pullaro. Quiénes son y cómo se posicionarán ahora que serán minoría por primera vez en 36 años. ¿Continuidad del corporativismo o reconfiguración obligada?

El apocalipsis que significó la derrota del peronismo en Santa Fe en manos de Maximiliano Pullaro tiene seis jinetes que cabalgarán desde diciembre en la tempestad política santafesina hegemonizada por Unidos para cambiar Santa Fe. Se trata de los senadores que sobrevivieron a la faena radical en la Cámara alta, que despojó al PJ de la mayoría después de 36 años, pero que, lejos de presentarse como una resistencia con escudos y espadas, se limitarán a consolidar ese coto de poder, ahora en minoría, a partir de la convivencia legislativa.

Por lo tanto, no serán escuderos del PJ sino la reserva de un espacio que quedó arrasado. Se trata del inoxidable Eduardo Rosconi del departamento Caseros, Alcides Calvo de Castellanos, Rubén Pirola de Las Colonias, Armando Traferri de San Lorenzo, Osvaldo Sosa de Vera y Joaquín Gramajo de 9 de Julio, aunque éste último, de origen peronista, compitió con el sello Unite y venció al candidato de Juntos Avancemos, por lo que se descuenta que tienda puentes con el oficialismo como lo ha hecho en su momento con el Frente Progresista.
El replanteo del cuerpo legislativo no sólo aplica a lo numérico sino también a la conducción que pasará a manos del radicalismo. Hasta ahora, Traferri, por presidir el bloque justicialista, y Pirola, como presidente provisional del Senado, movían los hilos y ritmos de la estructura legislativa, eran la brújula que daban la orientación política en general, y ordenaban al resto de la tropa peronista.


Esto último probablemente siga sucediendo pese a que no se definió si formarán un bloque único de al menos cinco senadores, excepto Gramajo. Sin embargo, ahora será el radicalismo el que marque el pulso en la burocracia y política de la cámara.

Esto implica el manejo de cuestiones administrativas y de recursos -suculentos-, la definición de los cargos institucionales más relevantes de la cámara, el termómetro para los proyectos que ingresen desde Diputados, y hasta el diálogo con el Ejecutivo. Vale aclarar que la mayoría es de la misma fuerza que quien asumirá la presidencia del Senado, Gisela Scaglia, que pertenece al PRO dentro de Unidos y es la vicegobernadora electa.
Desde hace muchos años la Cámara alta está acostumbrada a moverse bajo un corporativismo pleno y bajo el consenso de todas las fuerzas, más allá de quién sea mayoría. De hecho, Traferri dejó en claro en una entrevista con Letra P que no hay riesgo de romper el consenso habitual entre los bloques. Habría que preguntarle al radicalismo si piensa cambiar con semejante empoderamiento que logró en las urnas y si mantendrá el corporativismo del Senado.

Lo que no se perderá, sea quien sea mayoría, es la concentración de poder capaz de marcarle la cancha al gobierno de turno, sea o no de su mismo signo político. Entre los senadores justicialistas creían que el número final de su bloque quedaría entre ocho o nueve legisladores, algo que le hubiese dado otro tenor a la derrota y al funcionamiento político de los próximos cuatro años. La adaptación de los senadores al nuevo escenario, muchos ya vitalicios, será clave para no poner en riesgo sus nichos en el futuro.

Con un pacto de no agresión y de consenso sobre la mesa, ¿cuánto incidirá como fuerza opositora en el nuevo escenario político?, y ¿cuánto en la reconfiguración de un peronismo obligado a reconstruirse? Lo cierto es que serán una gota de agua en el océano de un Unidos empoderado en todos los frentes. En ese marco, probablemente, los jinetes se limitarán a montar el caballo y pastorear.

LETRA P

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