
¿Pacto? Catarata de anuncios de Sergio Massa para polarizar con Javier Milei y dejar afuera a Patricia Bullrich del balotaje
NACIONALES

El ministro-candidato y el ascendente candidato libertario quieren llegar juntos al balotaje. A los dos les conviene desplazar de la contienda a Patricia Bullrich.
La semana que pasó dejó señales cada vez más visibles de que Sergio Massa, el ministro-candidato del oficialismo, y Javier Milei, el ascendente candidato libertario, buscarán llegar juntos a un balotaje en noviembre luego de las elecciones generales de octubre.
Desplazar de la contienda a Patricia Bullrich, de Juntos por el Cambio, les resulta conveniente a ambos. En el campamento massista admiten que le será mucho más difícil confrontar a Bullrich en una eventual segunda vuelta que a Milei, ya que este, por ubicarse en el extremo ideológico de derecha, le permitirá a Massa captar el voto de izquierda y de centro.
Por la misma razón, a Milei le conviene confrontar con Massa, convencido de que absorberá el voto de centroderecha que dejaría vacante Bullrich si no llega al balotaje.
Una de las señales más evidentes de este acuerdo tácito entre Massa y Milei es la decisión de postergar para después de las elecciones el debate sobre el presupuesto 2024.
Fue llamativa la carta que el libertario le envió al ministro de Economía de la Nación pidiéndole que demore el envío del proyecto al Congreso; en esa misiva, Milei expuso que el presupuesto para el primer año de la nueva gestión debía ser acordado entre el gobierno saliente y el que asumirá el 10 de diciembre.
Massa accedió al pedido de Milei y le aseguró que el debate comenzará después de las elecciones de octubre: con esta decisión, el ministro de Economía esquiva el trance de asistir al Congreso, presentar el presupuesto y dar explicaciones a la oposición sobre los pronósticos –fallidos– de déficit, inflación y brecha cambiaria que había previsto para este año.
Los opositores tenían la idea de fustigarlo en esa presentación, ahora frustrada. Vale recordar un solo dato: para 2023, Massa había pronosticado una inflación anual del 60%. Con el último dato de agosto, el INDEC confirmó que en solo ocho meses la inflación acumulada trepó al 80,2%.
La inflación de agosto del 12,4% –la cifra más alta en los últimos 32 años– fue un golpe directo a la campaña de Massa, aunque el ministro intentó neutralizarlo con una catarata de anuncios y paliativos que le costarán al fisco la friolera de 3 billones de pesos según consultores y economistas privados.
En rigor, la catarata de anuncios económicos comenzó el domingo 27 de agosto, dos semanas después de la derrota en las primarias. Incluyó una suma fija para trabajadores registrados, bono para jubilados y empleadas domésticas, congelamiento de prepagas, acuerdos de precios y otros ítems.
Los anuncios siguieron a lo largo de los días con otras medidas y se consolidaron esta semana con la eliminación del impuesto a las Ganancias para los trabajadores y la quita del IVA a los alimentos y productos de limpieza.
Este nuevo “plan platita” –como lo llama la oposición– profundizará el déficit fiscal y ya desató serios cortocircuitos con el Fondo Monetario Internacional.
El ministro no se inmuta: al mejor estilo peronista, está dispuesto a jugar a fondo con tal de asegurarse un lugar en el balotaje.
Más allá de eso, ¿le alcanzará a Massa? ¿Servirá para sumar los votos que necesita para ser presidente luego de la devaluación y del fuerte salto de los precios qué marcó un récord del 12,4% en agosto? El reporte de expectativas del Banco Central dice que la inflación de septiembre será del 12% y que en octubre rondará el 9%, mientras ya estiman un 170% para todo el año.
Massa y su entorno están convencidos de que las posibilidades de llegar a la segunda vuelta siguen intactas. El diagnóstico que refuerza esta definición sostiene que la sangría de votos se detuvo y que el impacto en el electorado por el alza de la inflación es “nulo”.
Sostienen esta confianza es que, lejos de perder caudal de votos obtenidos en las primarias, en el electorado habrá una “corrección” que premiará el “esfuerzo” de Massa por paliar la situación de la economía.
Mientras Massa y Milei buscan polarizar entre sí, la estrategia de campaña de Bullrich apunta a focalizar sus misiles contra el ministro en particular y contra el kirchnerismo en general.
El dato saliente de la semana fue el apoyo explícito de Mauricio Macri a la candidata de Juntos por el Cambio, luego de varios gestos ambiguos de simpatía hacia Milei por parte del expresidente.
Hace diez días Bullrich y Macri tuvieron un encuentro a solas. Allí, la candidata le pasó un aviso –con tono de advertencia– al expresidente. “Mauricio, no seamos boludos: si gana Milei, vuelve Cristina”.
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