Viotti busca salvar su gestión con la incorporación de Fernando Muriel

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La gestión del intendente Leonardo Viotti atraviesa uno de sus momentos más frágiles desde que asumió. Conflictos internos, áreas desbordadas y señales de descoordinación entre funcionarios estratégicos exponen una debilidad que empieza a sentirse puertas adentro del municipio y también en el ánimo social. En ese escenario, el oficialismo trabaja en un movimiento político que busca reposicionar al gobierno local: la incorporación del ex funcionario, Fernando Muriel.

Un gabinete atravesado por ruidos internos
Los desencuentros entre Viotti y su secretario de Gobierno y Modernización, Germán Bottero, se volvieron cada vez más notorios. Las diferencias en la conducción política, la gestión del personal municipal y la toma de decisiones operativas dejaron en evidencia tensiones que se fueron acumulando y que hoy afectan la cohesión del equipo de trabajo.
A eso se suma el desborde que atraviesa la Secretaría de Desarrollo Humano, bajo la órbita del Dr. Gabriel Cáceres, donde la demanda social creció de manera abrupta y sin una estructura lo suficientemente sólida para responder con eficacia. El área intenta sostener el ritmo, pero puertas adentro se admite que la saturación es real y que faltan coordinación y planificación para evitar que la situación escale, motivo por el que está en estudio la desvinculación de Cáceres.

Problemas visibles: falta de conducción y señales de desgaste
Los problemas no se limitan a internas políticas. Funcionarios, empleados y actores institucionales coinciden en que falta conducción clara, previsión y un ordenamiento que permita enfrentar los desafíos de un municipio que requiere decisiones ágiles. La percepción de improvisación, sumada a conflictos que se filtran hacia afuera, alimenta la sensación de un gobierno con dificultades para sostener el control de la gestión cotidiana.
En ese contexto complejo, el Intendente estaría dispuesto a realizar un movimiento fuerte: incorporar a Fernando Muriel, un dirigente con experiencia y trayectoria tanto en el socialismo como en la gestión de Castellano. Su llegada sería interpretada como un intento por recomponer la estructura política, ordenar áreas críticas y sumar capacidad operativa a un gabinete que hoy muestra sus límites.

 
Muriel, que conoce de cerca el funcionamiento municipal y mantiene vínculos transversales con distintos espacios políticos, podría aportar una mirada más técnica y estratégica. Para algunos, su desembarco sería un gesto de apertura y búsqueda de mayor solidez; para otros, una admisión tácita de que la actual gestión perdió el rumbo y necesita un reacomodamiento urgente.

La apuesta por reconfigurar el equipo llega cuando el desgaste ya es evidente. El relanzamiento que impulsa Viotti podría darle oxígeno a la gestión, aunque resta ver si alcanzará para revertir una dinámica marcada por tensiones internas y áreas desbordadas. Lo cierto es que el movimiento se da en un momento donde la administración necesita recuperar credibilidad, eficiencia y conducción política.

El mandatario rafaelino enfrenta ahora un desafío clave: convertir los cambios en una señal de fortaleza y no en un reconocimiento de crisis. Y en cómo se gestione la incorporación de Muriel con una importante Secretaría a su cargo y -los posibles reacomodamientos que genere— estará buena parte del futuro inmediato de su gobierno.

FUENTE: DIARIO CASTELLANOS

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