

Alejandro Ezequiel Abad fue sorprendido en su barrio por un periodista y un trabajador de una línea de colectivos, quien le anunció que la línea 124 le brindará el curso para manejar este tipo de vehículos.
Un inspector de la línea 93 de colectivos, Sebastián Alberto Rodríguez, le anunció a un joven cartonero que soñaba con ser colectivero que la línea 124 le dará el curso y lo acompañará en el proceso. El periodista de Todo Noticias, Guillermo Lobo, fue el intermediario de esta situación y, al tener licencia para conducir este tipo de vehículos, viajó en un modelo antiguo hasta Virrey del Pino para darle la noticia a Alejandro Ezequiel Abad.
Luego de fundirse en un largo abrazo con su madre, el chico de 23 años expresó: "Estoy sin palabras", entre lágrimas. "Es un montón. Estoy sorprendido, estoy shockeado, es un milagro de Dios", continuó, tras escuchar el mensaje que le dedicó el directivo de la línea 124, Adrian Marzola, a través de un video.
"Nos llegó un reel de una nota que te hicieron en TN. Pudimos ver que tenés un sueño por cumplir, que tenés pasión por el colectivo, que tenés determinación para cumplir este sueño. Que tenés una visión particular de la calle, que es muy acertada, y nosotros hemos decidido acompañarte en este camino para que puedas obtener la licencia, capacitarte y cumplir tu sueño", dijo Marzola en la grabación.
Después, el periodista le ofreció sentarse detrás del volante del vehículo en el que llegó, una unidad histórica de la línea 45. "Siempre lo soñé. Hasta durmiendo soñé que manejaba un colectivo", confesó Abad, en ese momento.
Su hija, en brazos de su mujer, fue "la primera pasajera" que tuvo a bordo del colectivo con él al volante. En la nota, también comentó que este sueño tiene que ver con ella...: "Siempre quise progresar, le quiero dar un buen futuro a mi hija, Suley. Es mi vida, yo vivo para ella".
La historia de Abad se difundió días atrás mediante el medio citado. Decidido a cumplir su sueño de cualquier forma, el joven armó su "carro-colectivo" con el que junta entre tres y cuatro mil kilos de cartón cada 20 o 25 días y que lo convirtió en un fenómeno viral en La Matanza.
"Mi sueño es ser colectivero y por eso inventé el carro-colectivo que tiene parabrisas, espejos y una cabina donde voy siempre escuchando música y trabajando", explicó a TN. Para su construcción, utilizó lonas, un viejo parabrisas y espejos retrovisores.
El joven comentó que, además de ser cartonero, se dedica a la instalación de cámaras de seguridad y trabaja desde que tiene seis o siete años. Ahora, le gustaría donar el carro a una empresa de colectivos, por el amor que les tiene.
FUENTE: BORDER PERIODISMO













