Recta final de la campaña electoral: la "semana negra" de Sergio Massa, la apuesta de Patricia Bullrich y el exitismo de Javier Milei
NACIONALES.A una semana de las elecciones generales en Argentina, los principales candidatos enfocan sus campañas en la provincia de Buenos Aires, distrito que nuclea un 40% del padrón electoral. Qué auguran las encuestas de cara al 22 de octubre, y qué debería ocurrir para que no haya segunda vuelta en un marcado escenario de tercios.
Los candidatos presidenciales navegan en un mar de incertidumbre. Falta apenas una semana para las elecciones generales y las encuestas –cuya falibilidad quedó demostrada en el resultado de las primarias de agosto- no se atreven a proveerles ninguna certeza. Por ahora ninguna de ellas pronostica, con evidencias concretas, un ganador en primera vuelta.
Para que eso ocurriera cualquiera de los tres postulantes debería sumar un mínimo de dos millones de votos adicionales a los que obtuvo en las PASO y sus rivales no recibir casi ninguno más. Un escenario que hoy no se vislumbra, pero que nadie descarta tampoco.
En términos generales, los sondeos coinciden en que el libertario Javier Milei mantiene la delantera, y una mayoría ubica segundo a Sergio Massa, a unos tres puntos en promedio detrás del libertario y alrededor de tres por delante de Patricia Bullrich. Obviamente, en cada campamento partidario mejoran en los márgenes sus propios números y en Juntos por el Cambio (JxC) los más optimistas alteran el orden para ubicarse en el balotaje. Pero todo ocurre dentro del amplio margen de error que hoy tienen las encuestas.
En este contexto de incertidumbre y gran expectativa, los candidatos se alistan para su última semana de campaña. Los tres coincidirán en focalizar sus mayores esfuerzos en la provincia de Buenos Aires, el distrito electoral más grande del país. Nuclea cerca del 40% del padrón electoral nacional, lo que explica que en cada elección las distintas fuerzas políticas busquen realizar allí una buena performance.
Después de una semana difícil, con el dólar superando la barrera de los $1000 y una inflación que no da tregua, Massa busca retomar el eje de su campaña. El “fuego amigo” no ayuda al candidato de Unión por la Patria. Al escándalo de Martín Insaurralde y su travesía por la costa del sol española de hace varias semanas con la modelo Sofía Clérici se sumó esta semana la denuncia de Alberto Fernández contra Milei, al que acusó por la corrida bancaria de estos días. Massa estalló indignado contra el presidente. “Se cortó solo, no nos consultó y colocó a Milei en el centro de la escena al victimizarlo”, se quejaban en el entorno del ministro de Economía.
En el equipo de Massa reconocen que en Buenos Aires la elección será “ajustada”. La prioridad para el candidato oficialista será recorrer los distritos más poblados el conurbano bonaerense, bastión del kirchnerismo. En el cierre de campaña se lo verá con el gobernador Axel Kicillof, que busca su reelección. La vicepresidenta Cristina Kirchner no confirmó su presencia.
En Juntos por el Cambio, los más optimistas se ilusionan con dar vuelta el resultado de las primarias en la provincia, que los dejó a casi 4 puntos por debajo de Kicillof. Bullrich focalizará sus recorridas en el interior de la provincia junto al candidato a gobernador Néstor Grindetti y planea un gran cierre de campaña en Lomas de Zamora –cuna política de Insaurralde- para simbolizar su enfrentamiento con el kirchnerismo. Previo a eso, el miércoles próximo, Bullrich se mostrará en Santa Fe y Córdoba, dos distritos donde pretende revertir el resultado de las primarias.
Por su parte Milei cerró el viernes último su campaña federal -a la que denomina "el tour de la libertad"- en Salta. El escenario elegido no es casual: ahí ganó por casi el 50% de los votos en las PASO, a pesar de que nunca había ido. Ahora, en el sprint final, concentrará todos sus esfuerzos en Buenos Aires, su mayor apuesta: "Vamos a ganar en la última guarida K", aseguró. El cierre de campaña será en Capital, el miércoles que viene.
Los postulantes ingresan en la última semana de campaña con casi tantas incógnitas o más que cuando empezó el proceso electoral. Un mar de incertidumbre que en los últimos días se encrespó con denuncias, acusaciones cruzadas y operaciones sucias que intoxican las redes sociales. Un cóctel explosivo que, en un contexto de creciente inestabilidad económica y fragilidad social, amenaza con estallar.
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