En un anuncio que circuló por redes sociales, se ofrecieron computadoras a muy bajo costo, y una vecina de nuestra ciudad resultó engañada.
En primera instancia, la persona de referencia tomó contacto con un presunto operador, quien la fue guiando en los diversos pasos que se debían llevar adelante.
En dicho contexto fue descargado un formulario, además de ser mostrado el DNI ante la cámara del teléfono celular que se utilizaba para el trámite en cuestión, esto como una demostración de validación de lo que se estaba concretando.
También existió la promesa de un nuevo contacto, a fin de coordinar el envío de lo adquirido, mediante el concurso de una empresa de correo.
En definitiva, al ser revisada la cuenta bancaria se descubrió una transferencia de un millón de pesos, que no había contado con la aprobación o consentimiento de quien terminó siendo víctima de una estafa digital.
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