Ni 50 ni 100 mil km: cada cuánto hay que cambiar la correa de distribución del auto

ACTUALIDAD..
correa-auto

¿Cada cuántos kilómetros se cambia la correa de distribución del auto? Descubrí cuándo hacerlo y cómo evitar daños graves en el motor.

No te guíes por mitos: la vida útil de la correa de distribución no tiene una cifra exacta. Su duración depende del tipo de motor, el uso del auto y las condiciones en las que se maneje. Ignorar este mantenimiento puede resultar en una avería costosa y hasta la destrucción del motor.

¿Cada cuántos kilómetros hay que cambiar la correa de distribución?

A diferencia de lo que muchos creen, no existe una cifra universal. Durante años circularon los mitos de los “40.000” o “100.000 kilómetros”, pero la realidad es que cada vehículo tiene su propio intervalo de reemplazo.

Los fabricantes suelen recomendar cambiarla entre los 60.000 y 90.000 kilómetros, aunque en algunos modelos más nuevos ese rango puede llegar hasta los 120.000 kilómetros. La clave está en consultar siempre el manual del auto o hablar con un mecánico de confianza que conozca bien el modelo y su comportamiento.  

¿Por qué es tan importante cambiarla a tiempo?

La correa de distribución es uno de los componentes más críticos del motor. Su función es sincronizar el movimiento del cigüeñal y el árbol de levas, asegurando que las válvulas y los pistones trabajen en perfecta coordinación. Si la correa se corta o se salta un diente, el motor puede sufrir daños graves: válvulas dobladas, pistones rotos o incluso la destrucción total del motor. En esos casos, la reparación puede costar varias veces más que un simple cambio preventivo.

Factores que influyen en su desgaste

Existen tres factores principales que determinan cuánto durará la correa de distribución:

Uso urbano intenso: los trayectos cortos, con muchas paradas y arranques, generan más esfuerzo sobre el motor y aceleran el desgaste de la correa.

Condiciones climáticas extremas: el calor, el frío y la humedad afectan los materiales de la correa, reduciendo su flexibilidad y resistencia con el tiempo.

Falta de mantenimiento: no revisar los tensores, poleas y la bomba de agua puede provocar un desgaste irregular o anticipado. Estos componentes suelen cambiarse junto con la correa para evitar problemas futuros.

¿Qué hacer si comprás un auto usado?

Si adquirís un vehículo usado y no tenés certeza de cuándo se cambió la correa por última vez, lo más prudente es reemplazarla de inmediato. Es una inversión pequeña en comparación con el daño que puede provocar una rotura inesperada.

El consejo clave

No te dejes llevar por los mitos ni por los consejos del vecino. Seguí siempre las recomendaciones del fabricante, hacé controles periódicos y no demores el cambio. Una correa nueva a tiempo puede ahorrarte miles de pesos y evitar que el auto te deje a pie en el peor momento.

FUENTE: AIRE DIGITAL 

Te puede interesar
Lo más visto