
Contaminación por plaguicidas en el Río Salado: un estudio alerta sobre la fauna acuática en Santa Fe
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Contaminación por plaguicidas en el Río Salado: un estudio alerta sobre la fauna acuática en Santa Fe
Un reciente estudio realizado por la Universidad Nacional del Litoral (UNL) y el Conicet ha encendido las alarmas sobre la contaminación por plaguicidas en la fauna acuática de Santa Fe, revelando hallazgos preocupantes en los ecosistemas de la región.
El análisis de los sábalos en el río Salado, realizado como parte de esta investigación, mostró que el 100% de los ejemplares estudiados contenían residuos de agroquímicos, incluyendo glifosato, glufosinato y cipermetrina, en concentraciones que superan los límites internacionales establecidos para estos compuestos. En una entrevista en Aire con el doctor Rafael Lajmanovich, experto del Laboratorio de Ecotoxicología de la UNL, se abordaron las implicancias de estos resultados y las posibles consecuencias para los ecosistemas y la salud humana.
Lajmanovich explicó que este tipo de contaminación no es una novedad, sino una confirmación de un problema crónico derivado del uso intensivo de químicos en el modelo productivo de la región. "Estamos hablando de un modelo que lleva más de 30 años produciendo en base a químicos, y esos químicos están llegando a concentraciones peligrosas para los ecosistemas", afirmó. Según el especialista, lo que antes eran trazas de plaguicidas ahora se traduce en niveles de concentración que comienzan a ser alarmantes, tanto para los animales como para las personas.
La toxicidad crónica: un riesgo a largo plazo
El especialista detalló que los efectos de estos agroquímicos no son de toxicidad aguda, como podría ocurrir en un accidente, sino de toxicidad crónica, lo que significa que los animales y las personas expuestas a estos contaminantes durante años pueden sufrir consecuencias graves a largo plazo. "Estos productos actúan como disruptores endocrinos, inductores de tumores y otros efectos nocivos, que pueden incluso trasladarse a las generaciones siguientes", explicó. Los efectos, en muchos casos, no son inmediatamente visibles, pero sus implicancias a largo plazo podrían ser devastadoras.
Impacto en la salud humana: ¿un riesgo para los consumidores?
Uno de los puntos más preocupantes es el riesgo que representa el consumo de fauna acuática contaminada para las personas. El estudio sugiere que aquellos grupos vulnerables, como pescadores o comunidades que dependen del consumo de pescado como fuente principal de alimentación, son los más afectados. Lajmanovich indicó que, si bien los efectos sobre la salud humana por el contacto con el agua o la fauna acuática son difíciles de medir, el riesgo está principalmente en el consumo repetido de estos productos a lo largo del tiempo.
"El trabajo trata sobre el riesgo que representaría para los consumidores el consumo prolongado de estos animales contaminados. Los efectos no son inmediatos, pero la exposición continua a lo largo de la vida podría ser peligrosa", aseguró el experto.
Regulaciones y monitoreos: ¿está haciendo algo el Estado?
A pesar de los evidentes riesgos para la salud y el medio ambiente, Lajmanovich lamentó la falta de acción concreta por parte de los organismos estatales para abordar este problema. "Es esencial que los organismos estatales se encarguen de los monitoreos continuos, porque el trabajo de los científicos, aunque valioso, es limitado y depende de recursos que actualmente son escasos", destacó. En este sentido, el especialista subrayó la necesidad urgente de actualizar las regulaciones sobre el uso de plaguicidas y de implementar políticas públicas eficaces para mitigar esta contaminación.
"Las leyes que regulan el uso de estos agroquímicos en Santa Fe datan de 1996 y están claramente desactualizadas para enfrentar los problemas actuales. A pesar de los intentos por modificar estas normativas, hasta el momento no se ha logrado un cambio significativo", señaló Lajmanovich.
El problema en el Río Salado: concentraciones peligrosas
El estudio se centró en la región del río Salado, particularmente en áreas de las ciudades de San Justo, Esperanza, Santo Tomé y la desembocadura del río. Se detectaron niveles elevados de plaguicidas en los sedimentos, lo que refuerza la hipótesis de que los sábalos, al ser animales que se alimentan de los sedimentos del fondo del río, están expuestos a una mayor concentración de estos contaminantes. "El sedimento es crucial porque nos cuenta la historia del lugar, mientras que el agua solo refleja una foto del momento", explicó Lajmanovich.
El experto realizó un llamado a la acción. Es urgente que tanto los científicos como los organismos gubernamentales trabajen de manera coordinada para continuar con los estudios, actualizar las normativas y proteger la salud de los ecosistemas y de la población. "Es necesario que estos estudios sean públicos, para que la sociedad esté informada sobre los riesgos que enfrentamos. Si bien el trabajo de los científicos es fundamental, los recursos para continuar con estas investigaciones son cada vez más limitados", señaló.
FUENTE: AIRE DIGITAL