Juanjo y su noviazgo con otra sobreviviente de Cromañón: “Nos conocimos sin saberlo y ahora tenemos un hijo”

En su relato describió el proceso emocional que atravesó después de la masacre y lo que le costó poder volver a vivir.

Juan José Rodríguez es otro de los tantos sobrevivientes de la masacre de Cromañón que relata su historia de vida, repasa los momentos difíciles tras el incendio y cuenta la relación que mantiene con una mujer que también asistió al recital de Callejeros el 30 de diciembre de 2004.

En una entrevista exclusiva con la Agencia Noticias Argentinas, Juanjo, como le dicen sus amigos, recordó los momentos previos antes de concurrir a Cromañón: “Había llegado a mi casa después de trabajar y cuando me estoy por ir mi vieja que cocinaba para Año Nuevo me dice ‘dónde vas’ y le cuento que me iba a ver a Callejeros. ‘¿Otra vez? Lo viste ayer, lo viste anteayer, lo viste en el Congreso, fuiste a Excursionistas. ¿Cuántas veces más lo vas a ver?’, a lo que le digo que esta noche también tocaba mi amigo Martín, cantante de Ojos Locos”.

“Lo que me movilizó fue que me dijo: ‘Por qué no te quedás y te dejás de romper los huevos. Mañana es Año Nuevo’”, señaló.

El joven contó que asistió a los dos conciertos que Callejeros brindó en la discoteca el 28 y 29 de diciembre, mientras que el 30 concurrió con una amiga y destacó que el personal de seguridad les pidió que se saquen hasta las zapatillas cuando los “cachearon”: “Eso no pasó en las anteriores fechas”.

“Entramos y era un mundo de gente. Quedaron bastantes personas afuera. Chabán nos puteó a todos y nos dijo ‘son pelotudos, esto se va a incendiar y nos vamos a morir todos como pasó en el shopping de Paraguay’. Acá hay más de 6 mil personas”, añadió.

Cuando se desencadenó el incendio, como consecuencia de la candela que lanzaron a la media sombra, Rodríguez manifestó que se quedó cerca de las puertas por el “calor inhumano”: “De la nada veo que se abre en el medio y se arma como una olla, y la gente empieza a correr”.

En ese momento Juan José le dijo a su amiga que “lo agarre de la mano”, salga en dirección a la puerta y él seguía detrás de ella. “Ahí me lastimé el tobillo porque la puerta era muy chica”, manifestó, y expresó que en la calle observó que había gente con hollín en el cuerpo y en la cara.

En su relato describió el proceso emocional que atravesó después de la masacre: “En los primeros años me sentía muy interpelado. Fue muy difícil poder asimilarlo y hablar con libertad del tema. Era algo que lo esquivaba, lo evadía”.

En este sentido, Rodríguez habló sobre una “pregunta constante” que pensaba al momento de asistir a la ayuda psicológica: “¿Por qué me salvé y el otro no? Yo comencé con terapia grupal y eso me ayudó a entender las historias de los demás. Compartí con gente que perdió un amigo o un hermano. Son personas que la pasaron mucho peor que yo”.

Entre lágrimas y muy emocionado, Juan José afirmó que “el círculo empezó a cerrarse” cuando conoció a su mujer, quien también concurrió al recital y con quien tuvo un hijo llamado Thiago de 14 años.

“Nos conocimos en un bar y ninguno de los dos conversaba sobre la masacre”, recordó, y explicó que la charla surgió casi dos años después con la vuelta de Callejeros a los escenarios: “Me preguntó ‘¿vas a ir?’ y le contesté ‘sí, obvio, estuve en Cromañón’. ‘Yo también’, me respondió”.

Cuando Juan José retomó la terapia, destacó que su psicóloga le dijo una frase que respondió a la pregunta que le causaba responsabilidad y culpa desde hace tantos años: “¿Te acordás que vos te preguntabas por qué te salvaste y el resto, no? Thiago es la respuesta. Si vos y tu mujer no salían del boliche, él no estaría en este mundo”.

FUENTE: NA