

En el primer caso, una mujer relató a esta web que el pasado 26 de octubre fue víctima de una estafa tras ver una publicación en redes sociales que ofrecía un supuesto descuento de una reconocida empresa de combustibles. Al acceder a la publicidad y seguir los pasos para aplicar el descuento, la mujer ingresó a lo que parecía ser la plataforma de su banco, pero en minutos recibió una notificación de una transferencia de $250,000 que no había autorizado. Al intentar comunicarse con el servicio de atención de la entidad bancaria, no logró obtener respuesta inmediata.
En un segundo incidente, un hombre informó que, al revisar el resumen de su tarjeta de crédito en su teléfono, detectó varias compras no reconocidas por un valor total de más de $900,000 en fechas recientes. Las transacciones, que incluían montos de hasta medio millón de pesos, fueron realizadas sin su autorización.