El Voluntariado del Hospital “Dr. Jaime Ferré” no para de ayudar al prójimo y de dar amor

RAFAELA..
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Hace 49 años que la entidad brinda asistencia humana y colabora con las necesidades de los internados y sus familias, tanto en el Hospital como en los Centros de Atención Primaria de Salud que hay en la ciudad.

 
 

 
Si hay algo que caracteriza a la sociedad rafaelina es la solidaridad que se demuestra en hechos. El Voluntariado del Hospital “Dr. Jaime Ferré” es una de las instituciones intermedias que se construye, precisamente, sobre permanentes gestos solidarios en dos direcciones. Primero porque sus integrantes entregan, sin pedir nada a cambio, su tiempo y su trabajo a ayudar a personas que lo necesitan. Segundo, porque recibe donaciones de la comunidad como ropa, calzado, mantas o elementos de higiene personal entre otras, cuenta con el aporte de 120 socios que pagan una cuota mensual y además tiene apoyos puntuales por parte del Municipio.

 
Con estos recursos, las mujeres voluntarias que integran esta suerte de "hermandad" definen la asistencia según la necesidad de los todos los internados del Hospital y sus familias, el área de Pediatría que funciona en el nuevo edificio del barrio Los Arces, o los Centros de Atención Primaria (CAPS) distribuidos principalmente en barrios periféricos de la ciudad.

Diario LA OPINIÓN visitó la sede del Voluntariado y mantuvo una grata conversación con su presidenta Silvia Gramaglia y las voluntarias Marta de Andreo, Susana Alarcón y Haydeé Ricca. Antes de eso, la presidenta nos mostró cada dependencia del lugar donde se reúnen que es la antigua cocina del Hospital, restaurada y acondicionada por el mismo grupo. El espacio es amplio, y cuenta con mesas largas y vitrinas donde guardan las donaciones que reciben o preparan para luego entregar. También hay otra pieza con un gran placard, roperos y estantes destinados al mismo fin. Están completos. Allí se guarda ropa para adultos, bebés y niños, abrigos, acolchados, mantas tejidas a mano donadas por tejedoras locales y de otras localidades, toallas y toallones, calzados, pañales, etc. Y la otra pieza, es la destinada a mamás de otras localidades que tienen sus bebitos internados en Neonatología. Cuenta con 4 camas, baño y está equipada para que ellas se sientan contenidas en todo aspecto. Las mismas voluntarias hacen guardias para visitarlas y acompañarlas en esos días.

 
 

 
Silvia nos cuenta que, si bien el grupo está conformado por 30 voluntarias, activas hay actualmente alrededor de 20. Los lunes van las voluntarias artesanas que hacen manualidades para llevar al “Té a beneficio” que ya se encuentran organizando, y también para exponer y vender en el habitual “showroom” que llevan adelante en vísperas de Navidad. Los martes y jueves son los días que las demás recorren las distintas dependencias del Hospital y reparten elementos según la necesidad que observan. “Somos entre 8 y 10 las que venimos martes y jueves y recorremos el Hospital; nos repartimos en los sectores de Clínica general, la Unidad de Terapia Intensiva Pediátrica, la Neo, el sector de Odontología, Guardia, servicio de rehabilitación, etc.”, comentó Susana, a lo que Silvia agregó: “Marta y yo nos quedamos aquí para preparar bolsas, organizar los elementos y cuidar a las mamitas de Neo que descansan en su habitación”.

 
Para el Día del Niño -o de las Infancias- entregan golosinas tanto para los niños del Hospital o de los Centros de Salud, también juegos didácticos. “Todo es donado, excepto los electrodomésticos que se compran como ser estufas, caloventores y otros artefactos que se usan en el Hospital o en los CAPS.”, explicó Susana. Marta señaló que recientemente llevaron almohadones hechos por la misma presidenta del Voluntariado al CAP ubicado en el Barrio Monseñor Zaspe. “Los niños allí van a hacer un taller y se hicieron para que no se sienten en el piso”, dijo. Y Silvia agregó con la sencillez que la caracteriza: “Los cosí a mano, fue mi trabajo del fin de semana”. “En los recorridos que hacemos por los pasillos nos enteramos qué necesitan los pacientes o los acompañantes y nos ocupamos de hacer todo lo que está a nuestro alcance por el bien de nuestra comunidad y de nuestro prójimo; este es el fin”, dijo Marta con una sonrisa que reflejaba satisfacción por lo que hace ya hace 17 años.

Al preguntarles qué sienten al efectuar esta humana tarea, Silvia dijo en seguida: “Amor, satisfacción. Hace 16 años encontré a Marta, nos conocimos y contamos nuestra vida. Comenzó una gran amistad y hasta ahora trabajo junto a ella aquí”. Y Marta agregó: “Hay que dar para recibir, pero acá recibís más de lo que das”. Susana, por su parte expresó: “Nosotras también pagamos la cuota societaria, y eso es lo normal, pero todo lo demás es solidario, nace de uno…Cuando me jubilé quise agradecerle a la vida de esta forma; la conocí a Marta y ella me trajo acá. He conocido servicios que antes no conocía, ingreso en todos lados, y me gusta para poder colaborar”. Haydeé, la más nueva del grupo, y la encargada de recorrer las áreas de maternidad, quimioterapia y cirugía, dijo: “Es un ambiente muy lindo, una entidad que te llena mucho el alma. Estoy muy satisfecha. Hace dos años que estoy gracias a Marta que la conocí por medio de una amiga. A mí me gusta recorrer y ver los pacientes, ver las necesidades que tienen, charlar un poquito…”.

 
 

 
Ya finalizando, Susana comentó que hay mucha gente que desconoce todo lo que hace el Voluntariado. Esta nota, tuvo como fin contarlo y animar a la gente a ser parte de lo que hacen, sumándose como socios o realizando donaciones. Y más en estas épocas de frío, donde más que nunca, todo es bienvenido.

 
 

Té a beneficio

Este 12 se septiembre se llevará a cabo el habitual “Té a beneficio” que el Voluntariado del Hospital organiza para recaudar fondos y seguir ayudando a los que lo necesitan. En esta oportunidad, tal como se hizo en los últimos años, el lugar será el Club de Abuelos Unidos, situado en calle Casabella al 200 en barrio Los Nogales. Para asistir al mismo previamente se venden tarjetas a un módico costo, que este año será de $12.000. La actividad se extiende alrededor de dos horas y más allá de la ayuda que uno realiza concurriendo, se vive un grato momento de camaradería con cosas ricas, espectáculos musicales o de baile, y se sortean hermosos premios, muchos de ellos creados por las artesanas que integran el Voluntariado.

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