Comedores fantasma: los gerentes de la pobreza que se quedaban con lo que decían repartir

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La deshonesta actitud fue verificada por una auditoría. Esta vez, y a pesar de las amenazas y el escarnio público, descubrieron lo que otros exfuncionarios sabían pero dejaban engordar: el sistema de asistencia social era utilizado para desviar fondos.
 

No es una avivada. Son delitos. Delitos denunciados y que ahora un juez debe analizar, un fiscal investigar y la Justicia condenar.

Con un 54,6% de pobres en nuestro país es un delito que aparece como más repugnante aún. Se “comían” lo que otros necesitaban para comer. Y hasta se detectó que los alimentos que debían repartirse, estaban en venta en ferias barriales (para que el asco sea completo).

La presentación hecha ante la Justicia cuenta que “sin perjuicio de lo acordado, la información acompañada da cuenta de que las organizaciones recibieron dinero en función de comedores que declararon, pero que al momento de que este Ministerio realizó su tarea de monitoreo, los mismos no existían”.

O sea, sabían que no existían, pero pedían alimentos en su nombre. ¿Adónde iba esta comida? O mejor dicho, ¿quién se comía la plata de la gente? ¿Quién se beneficiaba con esto? Es lo que se investiga y que pronto tendrá condenados si es que la Justicia hace las cosas bien.

Dice la denuncia: “En suma, las organizaciones acordaron recibir dinero para comedores que no existían, reteniendo para sí o para terceros los fondos públicos, alterando el fin para el cual la administración los destinó.”

Por Ejemplo, la Cooperativa de Trabajo El Fortín de Encarnación Limitada tiene 100 millones de pesos sin rendir y siete comedores en su lista -por los que pidió plata- que no existen.

La Asociación Civil Centro de Estudios y Trabajo para la Igualdad Social también está floja de papeles, porque no rindió 257 millones de pesos recibidos y tiene cuatro comedores fantasma en su lista.

La Asociación Civil 8 de Junio casualmente tiene el mismo “problemita”, ya que recibió 127 millones que no rindió y en su lista tiene cuatro comedores fantasma.

La Asociación Civil Cura Juan Viroche tampoco rindió lo que recibió y tiene tres comedores invisibles.

El Centro de Estudios para la Autogestión de la Economía, según la misma denuncia que ya evalúa la Justicia, recibió subsidios no reintegrables para la compra de alimentos, pero según las actuaciones administrativas, el comedor destinatario nunca funcionó adonde dicen que estaba.

La “Fundación Conurbano” sufrió el mismo problema. El comedor para el cual pedía los subsidios no reintegrables con el fin de comprar alimentos se esfumó, aunque lo cierto es que nunca existió, según la denuncia.

La ampliación de la denuncia cayó en el expediente que tramita en el juzgado federal de Ariel Lijo -obligado a hacer buena letra- y la fiscalía que lo lleva es la de Ramiro González. El escrito y sus anexos de la investigación administrativa del Ministerio de Capital Humano, está firmado por Leila Gianni, Subsecretaria Legal del Ministerio de Capital Humano, con el patrocinio del Dr. Ariel Romano.

Son más de 500 millones de pesos que no fueron rendidos, y que según la denuncia, las organizaciones denunciadas estuvieron “reteniendo para sí o para terceros los fondos públicos, alterando el fin para el cual la administración los destinó”.

Conforme la Constitución Nacional, artículo 34, estas acciones están contempladas como una acción grave contra la República: “Atentará asimismo contra el sistema democrático, quien incurriere en grave delito doloso contra el Estado que conlleve enriquecimiento, quedando inhabilitado por el tiempo que las leyes determinen para ocupar cargos o empleos públicos”.

Estos asquerosos deben ser considerados traidores a la patria según este artículo de la Constitución.

Una mafia que no tiene partido político, que su dogma es la corrupción y corromper, que en las sombras resiste, amenaza, corroe el sistema, y trata de desalentar a los que denuncian.

Hoy están denunciados, esperemos la condena, y que el sistema se rompa, en beneficio de los que menos tienen. Al fin y al cabo, la culpa no es del chancho... Un día tienen que dejar de “comer” lo que realmente necesitan los más vulnerables.

FUENTE: TN

   

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