

El risotto es uno de los platos más especiales en la cocina italiana, con su textura cremosa y su sabor conquistaron paladares en todo el mundo.
El arroz es el ingrediente principal en el risotto. En el siglo XV, en Milán y otras ciudades del norte de Italia se empezó a desarrollar la técnica de cocción característica del risotto: cocinar el arroz lentamente, agregando caldo poco a poco para lograr una textura cremosa y suave.
Con el tiempo, el risotto evolucionó y surgieron numerosas versiones con ingredientes como mariscos, hongos, quesos y verduras. Entre los más conocidos están:
Risotto al Funghi: preparado con hongos.
Risotto ai Frutti di Mare: con mariscos frescos
Risotto al Parmigiano: una versión simple pero deliciosa con queso parmesano.
Hoy vamos a preparar Risotto al Portobello
Ingredientes
320 g de arroz para risotto (tipo Arborio o Carnaroli).
250 g de hongos portobello.
1 litro de caldo de verduras o pollo caliente y 200 ml de vino blanco seco.
50 g de manteca y un chorrito de aceite de oliva.
1 cebolla mediana, finamente picada.
80 g de queso parmesano rallado.
Condimentos: Sal, pimienta y perejil fresco picado a gusto.
Preparación
Preparar los portobellos: limpiar los portobellos y cortarlos en láminas o cubos. En una sartén, calentar un poco de aceite de oliva y saltear los hongos a fuego medio-alto hasta que estén dorados y hayan soltado su líquido. Sazonar con sal y pimienta. Retirar los hongos de la sartén y reservarlos.
Sofreír la cebolla: en la misma sartén, agregar un poco de manteca y sofreír la cebolla picada a fuego bajo hasta que esté transparente.
Tostar el arroz: subir el fuego a intensidad media y añadir el arroz.
Remover constantemente durante 2 minutos para que los granos se tuesten ligeramente.
Este paso es clave para que el arroz mantenga su textura.
Añadir el vino: verter el vino blanco en la sartén y remover hasta que se evapore por completo.
Incorporar el caldo: a partir de ahora, la clave es la paciencia y el movimiento. Con el caldo caliente a mano, vas agregando poco a poco, un cucharón a la vez. Esperar a que el arroz absorba casi todo el líquido antes de agregar el siguiente cucharón. Continuar este proceso por unos 15 a 20 minutos, removiendo constantemente, hasta que el arroz esté cremoso y al dente.
Integrar los sabores finales: cuando el risotto esté en su punto, retirar la sartén del fuego. Incorporar los portobellos que reservaste, el queso parmesano y el resto de la manteca. Mezclar todo enérgicamente para que se integren bien y el risotto adquiera una textura extra cremosa.
Servir el risotto inmediatamente, decorando con un poco de perejil picado (si te gusta) y, si queres, un poco extra de parmesano.
FUENTE: LT9