
Un mural en barrio Acapulco recuerda a Zamir, el niño de cuatro años asesinado en Frontera
POLICIALES
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El artista Ramón "Monchito" Cortez trabajó en barrio Acapulco en una obra que recuerda al pequeño asesinado el pasado 9 de julio en Frontera.
En barrio Acapulco tres retratos detenidos en el tiempo rinden homenaje a Zamir Torres, el niño de cuatro años que fue asesinado el pasado 9 de julio en la vecina localidad de Frontera.
El ataque a balazos, ocurrió a plena luz del día mientras viajaba en un auto con su madre y su padrastro Braian Martínez que quedó gravemente herido. La iniciativa del mural partió de un pedido directo de familiares y amigos del padre del niño y quien tomó la posta fue el muralista local Ramón “Monchito” Cortez.
La obra consta de tres imágenes distintas de Zamir en diferentes etapas de su corta vida. “Son imágenes de cuando tenía dos y tres años y la otra que es la más reciente, y que fue días antes de la tragedia”, relató a El Periódico el muralista.
Las obras despertaron una fuerte reacción emocional entre los vecinos. “La gente que pasaba lo reconocía enseguida”, contó el artista.
Especial
Con varios años de experiencia en murales conmemorativos, Cortez explicó que este trabajo tuvo un impacto diferente en lo personal: “Con el tiempo uno va conociendo historias detrás de los hechos, de las personas. Para mí no es igual un mural que otro, y este fue muy especial porque se trataba de un niño que nada tenía que ver con otros problemas”.
El artista también hizo una reflexión sobre el contexto de violencia que rodeó el asesinato del pequeño: “Se tejen muchas, que ni hace falta decirlas, sobre el contexto en el cual sucedió todo lo del niño, pero lo cierto es que no tenía nada que ver y que los niños son siempre niños y no tienen la culpa de absolutamente nada”.
Por último, Cortez habló de los sentimientos que lo atraviesan en este tipo de trabajos: “Hay una responsabilidad emocional en la cual uno está involucrado y tiene que tratar de realizarlo con el mayor profesionalismo posible”.
Los rostros de Zamir, ahora inmortalizados en el barrio Acapulco, se han convertido en símbolo de dolor, memoria y reclamo de justicia.
Investigación
De acuerdo con la investigación, encabezada por la fiscal Fabiana Bertero, se trató de una emboscada planificada, ejecutada por más de una persona, con móviles que se remontan a un entramado de amenazas y disputas entre grupos delictivos de la región.
La principal hipótesis gira en torno a una represalia contra la familia de Martínez, cuyos integrantes ya habían sido blanco de atentados previos.
Entre los antecedentes, figura el ataque contra Horacio “Totín” Martínez, hermano del padrastro de Zamir, baleado en enero y fallecido en mayo. Desde entonces, la familia habría quedado “marcada”.
El propio vehículo en el que viajaban fue seguido durante varios días previos al ataque, según pudo reconstruir la Fiscalía con cámaras de videovigilancia.
Hasta ahora, la Justicia detuvo a tres personas. Dos de ellas permanecen con prisión preventiva sin plazo, mientras que la tercera fue beneficiada con una medida cautelar por 90 días.
La clave de esas detenciones fue el testimonio de Rocío Funes, madre del niño, quien viajaba en el asiento delantero cuando el Fiat Cronos gris se puso a la par y comenzó el tiroteo.
Se busca a una cuarta persona —una mujer— que habría bajado del auto y participado activamente del ataque.
El fiscal regional Carlos María Vottero dijo a El Periódico que hay un pedido de captura vigente, pero evitó dar mayores detalles por razones de reserva procesal.
En tanto, y a pesar de algunas versiones que circularon sobre la supuesta inocencia de uno de los detenidos, Vottero fue tajante: “La prueba de cargo predomina. Hay un testimonio muy sólido: el de la única testigo presencial del hecho”.
También remarcó que si bien se sospecha de la posible participación de autores intelectuales, “no hay ninguno individualizado hasta el momento”.
FUENTE: EL PERIODICO















