
ROSARIO: Recargan policías del Comando Radioeléctrico sin descanso suficiente ni mejora salarial y bajo coerción
PROVINCIALES

Pullaro promete seguridad con marketing, pero en la trastienda precariza, recarga y disciplina con látigo. La política de recargos y plus salariales en negro es violencia laboral.
Rosario – Mientras el gobierno provincial despliega anuncios y operativos “show” en medios, puertas adentro de la Policía de Santa Fe se instala una realidad insostenible: recargos obligatorios bajo coacción, jornadas extenuantes, y plus salariales en negro que consolidan una política de precarización estructural.
En el Comando Radioeléctrico de la Unidad Regional II, los efectivos trabajan bajo régimen 12×36, pero ahora —por directiva interna— deben cubrir turnos extra inmediatamente después de finalizar su guardia, reduciendo de hecho su descanso a cero. La orden es clara: no hay opción, todos deben cumplir. La notificación llega incluso sin consulta previa. Si no hay voluntarios, los jefes designan compulsivamente.
Un esquema que agota y castiga
Desde esta semana, el esquema impuesto es:
07 a 15 hs: 7 unidades + 1 controlador
15 a 23 hs: 9 unidades + 1 controlador
23 a 07 hs: 13 unidades + 1 controlador
Esto significa que una dotación que sale a las 7 de la mañana puede estar obligada a continuar trabajando hasta las 23 hs o incluso hasta el día siguiente, sin descanso ni reconocimiento efectivo.
Pero el problema es aún más profundo: todo este esquema de recargos se disfraza como “extras pagas”, cuando en realidad opera bajo coerción funcional, con mecanismos de presión informal, asignaciones discrecionales y falta total de voluntariedad real.
Cuando no hay derecho, sino manipulación
Como agravante, los suplementos salariales como las sumas, los recargos “extra” y los plus de fin de mes son otorgados en negro, sin estabilidad, sin criterio objetivo y como herramienta de control. Esta política no solo viola el principio de igualdad y transparencia, sino que convierte la necesidad económica del trabajador en una forma de sometimiento funcional.
La política salarial no reconoce al policía como sujeto de derecho, sino como rehén disciplinado. La ausencia de paritarias reales y la precarización encubierta mediante ítems no remunerativos son una forma moderna de violencia laboral.
Ascensos postergados, salarios congelados
A esta situación se suma el incumplimiento de los ascensos 2023, que siguen sin concretarse, y un salario básico que pierde poder adquisitivo mes a mes frente a la inflación. La estructura salarial de la Policía de Santa Fe está diseñada para premiar la obediencia ciega, no el mérito ni la carrera.
Desde APROPOL Noticias, denunciamos que este modelo de gestión no es circunstancial ni aislado: forma parte de una estrategia estatal de disciplinamiento preventivo, precarización funcional y castigo económico encubierto.
“No se puede hablar de seguridad con policías explotados, obligados a trabajar sin descanso y con plus en negro que premian el sometimiento. Eso no es gestión, es violencia institucional.”
FUENTE: APROPOL