

Miguel Ángel Spahn fue condenado este martes a 23 años de prisión por la autoría del absurdo homicidio de Gonzalo Andrés Riatto, cometido el 7 de julio de 2023 en Lehmann, pequeña localidad del departamento santafesino Castellanos.
El juicio oral se desarrolló en la ciudad de Rafaela y el tribunal estuvo integrado por los jueces Juan Gabriel Peralta, Gustavo Bumaguin y Nicolás Stegmayer. Los magistrados fallaron de manera unánime e impusieron la elevada pena al hombre de 39 años, que fue hallado culpable de homicidio doloso simple.
El fiscal Martín Castellano, a cargo de la Unidad Fiscal Especial Homicidios de la Fiscalía Regional 5, estuvo a cargo de la investigación y representó al Ministerio Público de la Acusación en el debate.
"Si bien aún no conocemos los fundamentos del tribunal, valoramos que se haya condenado a Sphan y que los jueces hayan tomado su decisión por unanimidad", manifestó el funcionario luego de conocer la decisión del tribunal.
Locura
El 7 de julio de 2023 Riatto tenía 28 años, vivía en Lehmann y trabajaba en una empresa láctea local. Era un laburante de clase media, querido y respetado por todos. Le gustaba el fútbol y por eso frecuentaba su club de barrio. Estaba casado con una docente que era un poco más joven que él. Tenía dos hijos, un niño de 3 años y una beba de 9 meses. De manera insólita, fue asesinado a cuchillazos por Sphan la noche de ese viernes, aproximadamente a las 20.30.
Riatto regresaba caminando a casa luego de una extenuante jornada laboral cuando fue interceptado por el asesino. Eran vecinos, porque vivían en la misma cuadra, pero prácticamente nunca habían tenido contacto entre sí. El agresivo sujeto estaba en moto y comenzó a seguir a Riatto mientras le gritaba cosas sin sentido. Lo insultaba, le recriminaba que por su culpa se había quedado "sin nada", aseguraba que le había mandado la policía. También le mostró una cuchilla que llevaba oculta. La violencia escaló.
Riatto apresuró el paso y trató de buscar refugio en una casa de la cuadra, pero Spahn lo persiguió y fue implacable. En el patio delantero de la vivienda lo atacó. Le dio un puntazo en el cuello y dos en el tórax.
Algunos vecinos que ya habían llamado a la policía se abalanzaron sobre el agresor y lograron reducirlo. Así esperaron a los uniformados.
La víctima murió instantes después en el Hospital Jaime Ferré de la ciudad de Rafaela.