

La había escondido en el horno de su casa, para que no se la roben.
Una sargento de la Policía de la provincia de Buenos Aires, prendió el horno instalado en su vivienda, y de pronto explotó la pistola reglamentaria que había guardado allí, para evitar que delincuentes se la roben.
Sucedió en la localidad de Bolívar, en una finca sita en cercanía de la esquina de las calles Zapiola y Florentino Ameghino.
Cuando encendió el horno para cocinar, comenzó a escuchar detonaciones y recordó que había colocado su pistola nueve milímetros en dicho lugar.
Así las cosas, la suboficial abrió el citado elemento y retiró el arma, que presentaba daños en la empuñadura y el cargador, a la vez que visualizó restos de plomos y vainas servidas.
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