Una preciosa manada de carpinchos habita el Dique II del Puerto de Santa Fe

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El registro del reportero gráfico de El Litoral muestra a los animales en la orilla. Se trata de varios ejemplares de distintos tamaños. Están en un sector apartado de la gente. Cómo actuar ante su aparición.

Un pequeño grupo de carpinchos habita por estos días el Dique II del Puerto de Santa Fe. Los animales están sobre la orilla oeste del mismo, en una zona que por el momento quedó inutilizada. La gran vegetación hace que el hábitat sea el ideal para que busquen refugio y alimento. Un registro del reportero gráfico de El Litoral, Manuel Fabatía, los muestra apropiándose del lugar, entre los restos de los antiguos muelles de madera derruidos y los vestigios de un barco antiguo recostado sobre la orilla, entre la vegetación acuática.
Lo llamativo es encontrar a los carpinchos en una zona que en los últimos años fue urbanizada, dentro del plan de renovación de uso del Puerto, a metros del microcentro de la ciudad. “Así como aparecieron en el Puerto también aparecieron en otras zonas de la ciudad”, dice Alba Imhof, licenciada en Biodiversidad perteneciente a la Facultad de Humanidades y Ciencias de la Universidad Nacional del Litoral (FHUC UNL). “Nosotros tenemos nuestra propia experiencia en la Ciudad Universitaria”, agrega. “Hoy en día los estudiantes van a cursar, están un rato tomando aire al fondo del predio sobre la Reserva y ven los carpinchos, incluso tenemos registros de cópulas”.
 “Esto probablemente se da por la situación en la que está todo el sistema”, dijo Imhof, en relación a su hábitat, que es el humedal del río Paraná, a donde está enclavada la ciudad de Santa Fe. “La bajante del río modifica el hábitat y los animales encuentran nuevos lugares con las condiciones adecuadas que necesitan para desarrollar sus actividades”.
-¿Qué se recomienda ante la aparición de un carpincho en una zona no habitual, como en este caso?

 
-Lo que nosotros recomendamos es no interferir, no molestarlos ni darles de comer. Hay que mantener una distancia prudente. Son animales silvestres que nos pueden parecer amigables pero en realidad si tienen crías y están marcando su territorio puede generarse un conflicto.

“Es natural encontrar este tipo de animales en toda la ciudad -insiste la bióloga-. Encontramos serpientes, yacaré, aves y un montón de otros animales”, enumera luego. Entonces “debemos respetar nuestra fauna, disfrutarlos desde lejos, ser prudentes y, en el caso que veamos que el animal o una persona estén en una situación conflictiva, hay que llamar al 911 y solicitar la intervención de la Policía Ecológica, pero nunca acercarse.
“Los carpinchos son característicos de nuestra zona aunque no es habitual verlos y menos en un lugar como el Puerto”, dijo Imhof, “no siempre los vemos. Cuando las condiciones del hábitat sean favorables ellos solos se van a mover hacia otros lugares a donde tengan disponibilidad de comida y condiciones para mantener a su grupo, porque siempre se mueven en grupos”.

 El carpincho es el roedor más grande del mundo. Alcanza hasta unos 55 centímetros de altura y tiene una contextura robusta. Es un animal silvestre autóctono de esta zona. Por lo tanto está protegido por todas las leyes que tienen que ver con la fauna, tanto a nivel nacional como provincia. Pero no es una especie que este en extinción. Tiene muchas crías, con más de una camada por año, lo que permite que las poblaciones sean numerosas. Es herbívoro y tiene esos grandes dientes incisivos para roer y alimentarse. Por sus hábitos alimenticios se lo suele ver en el amanecer y el atardecer. Es un gran nadador y buceador, y puede permanecer bajo el agua hasta 10 minutos. Pero en tierra es más torpe. Por eso siempre se queda en la orilla, porque en caso de peligro busca refugio en el agua.

Es que lamentablemente el carpincho es un animal buscado por los depredadores humanos, ya que es una de las especies de la fauna silvestre sudamericana que más se caza de forma ilegal para el consumo de carne, el uso del cuero y, en menor medida, su grasa. Por ello hay que protegerlo y permitirle así que desarrolle su vida en convivencia, como ocurre hoy con esta manada que habita el Puerto de Santa Fe.

FUENTE: EL LITORAL

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