El entrenador del equipo nacional contó varias anécdotas en una entrevista con Juan Pablo Varsky
En sus tiempos de jugador, Lionel Scaloni era conocido como Gringo, un apodo que lo acompañó en su etapa como futbolista profesional. Pero el entrenador campeón del mundo reveló un lado desconocido, y en una entrevista con Juan Pablo Varsky en Clank!, señaló que lo habían bautizado de otra manera.
“Me decían Yegua, porque yo de chiquito corría mucho. Era un animal, un caballo... Y en vez de caballo, me decían yegua”, le contó Scaloni a Varsky en una entrevista que se realizó en el predio Lionel Messi de la AFA.
En la charla, el DT de la Albiceleste recordó cómo fueron aquellos primeros tiempos al frente del equipo nacional, cuando todavía no estaba clara su situación, meses después del Mundial de Rusia 2018 y tras la salida de Jorge Sampaoli luego de un proceso caótico.
“Me acuerdo bien que le dije a Chiqui que no me quería ir de la selección. Me quería quedar, estaba a disposición porque sentía que podía aportar y que mi lugar podía estar ahí. Que me encantaba dirigir las juveniles, porque en ese momento apostábamos a eso. A los 15 o 20 días salió el torneo de L’Alcudia, y no había quién lo dirigiera. Me preguntaron si quería dirigirlo y dije ‘pero claro, caminando’. Estábamos con Pablo (Aimar) también en las juveniles y armamos rápido un cuerpo técnico exprés con Luifa (Luis Martín), que hoy es nuestro preparador físico, con Martín Tocalli, nuestro entrenador de arqueros, y para mí fue un aprendizaje exprés. Pero yo venía con mucha cabeza en lo que quería hacer, con ganas de aportar y hacerles entender a los chicos lo que era vestir la camiseta de la selección. Para mí fue algo maravilloso”, contó Scaloni sobre el origen de su llegada al seleccionado, luego de haber sido asistente de Sampaoli.
El título conseguido en L’Alcudia y las buenas actuaciones le dieron un fuerte respaldo a Scaloni. “Además de ser un muy buen equipo, con grandes jugadores, enseguida sintieron lo que es jugar con la selección. No es un torneo muy conocido, lo afrontamos como si fuera el Mundial Sub 20 y los chicos lo entendieron así. Entrenábamos en el sintético para acostumbrarnos. Recuerdo el momento de dar la lista, y después haber podido ganar el torneo, que no era importante, pero nos dio un empujón”. Poco después llegaron dos amistosos de la selección mayor contra Guatemala y Colombia, en Estados Unidos.
“Estaba Luciano Nakis que había venido con nosotros de directivo y nos hace un sondeo para ver qué pensábamos y no vio dudas de ningún tipo. Yo, apenas me lo dice, le digo ‘sí Luciano, decile que sí, sin problemas, nosotros vamos’. Yo tomo la decisión solo, sin habérsela consultado a Pablo. Cuando le digo eso a Luciano, voy con Pablo y le digo ‘Pablo, mirá que nos dijeron si queríamos y yo le dije que sí’, me mira y me dice ‘¿sabés que estás loco, no?’. ‘Bueno, Pablo, yo creo que es un buen momento, nos necesita y nosotros podemos aportar lo nuestro’, le dije. Y me dice ‘te acompaño, te banco donde sea’. Ahí empezó todo. Al otro día nos confirmaron en estos dos partidos y fue muy loco, porque todavía teníamos que jugar en L’Alcudia y había que dar una lista la semana siguiente de la selección mayor para esos dos partidos”, amplió. Sobre esa primera lista, el DT reconoció que se armó en Valencia, a orillas del mar: “Es real. Caminamos, veníamos caminando, Pablo conocía las playas porque vivió ahí, así que íbamos caminando de una playa a otra e íbamos haciendo la lista en base a lo que creíamos que necesitaba la selección en ese momento”.
Aquella charla con Messi
En esos primeros días, Scaloni no contaba con Lionel Messi para el debut. “Aún sabiendo que Leo no iba a venir, lo primero que hicimos en esa convocatoria fue llamarlo a él. Con Pablo hicimos una videollamada y le contamos la situación, que creo que él merecía saber porque era el capitán. Se puso contento. Se empezó a reír, porque lógicamente era llamativo. Fue un momento que él sinceramente no se esperaba que nosotros nos hiciéramos cargo, pero se lo dijimos con naturalidad: ‘Vamos a dirigir estos dos partidos y después se verá, pero necesitamos que lo sepas y la idea es reclutar o que jueguen con la camiseta de la selección la mayor cantidad de chicos posibles’, porque eran seis partidos, y después el entrenador que viniera podía tomar la decisión en base a lo que se vio. Todo muy claro, contado normal. Nos apoyó, nos deseó suerte y fue un momento inolvidable”, recordó.
“Teníamos una relación muy buena, pero claro, él no sabía de todo esto. Abrió los ojos y se reía. ‘Leo, tomamos, aceptamos’. Se puso contento desde el punto de vista que él sabía que lo que nosotros queríamos era el bien de la selección, que teníamos que hacer una especie de no digo renovación, porque la selección es continuamente renovación, pero sí darle un aire nuevo, que todo el mundo se sintiera identificado”, señaló.
El entrenador nacido en Pujato contó también que su equipo suele entrar a jugar con un esquema 4-4-2. “Pensamos que beneficiaba a nuestros jugadores. Estando siempre Leo (Messi), o cuando no está él, juega un mediapunta o juega otro delantero. Siempre tenemos dos”, remarcó. Y amplió: “Por la simetría, me parece que es el sistema que hoy en día mejor se entiende, y si hay que hacer una corrección, es el más fácil para corregir, porque cubrís mejor la cancha”.
Y, en el mismo contexto, habló de las variantes posibles. “Si en algún momento, nosotros, con uno de los dos de afuera tenemos que hacer una línea de cinco, porque hay que perseguir a uno, se persigue. Y te quedan los tres volantes, porque siempre tenemos tres volantes de juego. Entonces quedaría un 5-3-2 o 3-5-2, como lo quieras llamar. Siempre tenemos la posibilidad de adaptarnos, para nosotros es el más fácil”.
Con poco tiempo para trabajar los partidos de eliminatorias, porque los jugadores llegan muchas veces a pocas horas del encuentro, Scaloni reveló: “Lo que les pasamos a ellos es cómo queremos atacar. A veces atacamos dos y tres; a veces tres, y dos para construir. Pero después, una vez que la reciben ellos, lo que hacemos en los entrenamientos acá, que lo llamamos el 11 contra 0, que es atacar sin rivales, prácticamente a memoria, sabiendo dónde están tus compañeros. Después ellos la van moviendo en base a donde están los compañeros. Pero sí, analizamos al rival, y creemos que le podemos hacer daño de esa manera”.
Además, el santafesino recordó aquella vez que puso su continuidad después de un histórico triunfo sobre Brasil por las Eliminatorias, cuando habló de que la selección necesitaba “un entrenador con toda la energía posible”. “Lo tenía que decir. Llevaba un año feo, no lo estaba disfrutando, habían pasado seis partidos de Eliminatorias durísimos en los cuales, y hablo a nivel personal, no estaba bien. Había pasado por momentos difíciles y se te vienen un montón de cosas a la cabeza. Necesitaba esto, hablarlo con los jugadores, con mi familia, con los directivos… Comentar lo que yo sentía, tomar un tiempo, porque de noviembre a marzo no había partidos”. Pero el DT recibió un fuerte apoyo. “A nivel grupal a nosotros nos unió más. He tenido un montón de muestras de cariño de los jugadores, del cuerpo técnico, los directivos, de la gente en sí, interesándose por lo que sucedía. Creo que fue positivo. Después se ganó la Copa, así que al final terminó siendo muy bueno”.
LA NACION