Un búnker de drogas funcionaba en un terreno usurpado al Arzobispado de Rosario en Fray Luis Beltrán

REGIONALES 13 de mayo de 2024 . .
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Una investigación de la Unidad de Microtráfico del MPA detectó que una banda narco del cordón industrial manejaba la venta de drogas en un barrio que se llama El Ombú. El búnker estaba al lado de un merendero.

Una investigación coordinada por la Unidad de Microtráfico del Ministerio Público de la Acusación (MPA) detectó que, en un terreno ubicado en un barrio de Fray Luis Beltrán, que había sido usurpado al Arzobispado de Rosario, funcionaba un búnker de venta de drogas.
 
Este hecho marca una vez más la penetración del narcomenudeo en los barrios más pobres, olvidados, donde el que manda es el “transa”, que usa mecanismos de violencia que provocan trastornos permanentes en el entorno. Marca también la naturalidad con la que la droga se vende y se transforma en un núcleo de superviviencia.

 En la causa, que llevó adelante la fiscal Natalia Benvenuto, se logró desmantelar una serie de kioscos de venta de cocaína en el cordón industrial del Gran Rosario, donde desde hace tiempo supuran hechos de violencia en torno a este negocio ilegal.

 Pero lo que más sorprendió a los investigadores fue que, tras detectar en la Dirección de Catastro, el búnker del barrio El Ombú, un asentamiento precario, funcionaba en un terreno usurpado al Arzobispado, donde de manera ilegal se construyó una casilla donde se ofrecían dosis de droga a bajo precio.

 AIRE consultó al Arzobispado para saber si estaban al tanto de la situación. Luego de que se produjeran allanamientos y detenciones ordenadas por la justicia provincial, desde la Iglesia señalaron que la idea es recuperar ese espacio y tratar de que conjuntamente con el municipio de Fray Luis Beltrán de reconvertir ese lugar para que pueda ser aprovechado por los vecinos, que en su mayoría tienen bajos recursos. Al lado del búnker funciona un merendero, lo que trasforma la situación en un peligro mayor, porque a ese sitio van chicos a comer.

 Esta investigación comenzó el 26 de febrero pasado, luego de que llegaran denuncias de que en distintas zonas del cordón industrial del Gran Rosario se vendía droga. Se iniciaron dos causas, una que trabajó la fiscal Melisa Serena y otra Benvenuto. Las dos pesquisas tenían algo en común, más allá de que se buscaba desarticular los puntos de venta de narcomenudeo: era la misma banda que proveía a esos puntos de venta. La organización es conocida como Tokio.

Estas investigaciones surgieron del nuevo esquema judicial que comenzó a regir desde enero pasado, luego de la adhesión de la provincia a la ley de desfederalización de los delitos vinculados al microtráfico de drogas o narcomenudeo. Esas causas se tramitaban antes en el fuero federal, y representaban más de 51% de los expedientes que investigan los dos juzgados federales de Rosario, según datos de la Procuraduría de Narcocriminalidad.

 Estas causas pasarán ahora al MPA, donde se creó una Unidad de Microtráfico, a cargo de la fiscal Valeria Haurigot, donde se comenzó a trabajar sobre la urgencia de profundizar investigaciones sobre microtráfico que estén atravesadas por situaciones de violencia. Es decir, que el comercio de venta de drogas afecte la trama social del lugar, como ocurre en la mayoría de los casos, donde se levantan los búnkeres.

 Estas tramas están teñidas generalmente de violencia, porque en torno al expendio de cocaína gira una mecánica que encadena aprietes, ataques de bandas rivales, usurpaciones de viviendas, entre otros delitos. Por eso, las directivas en el MPA son priorizar las causas donde no sólo aparece el delito de microtráfico, sino también las historias de violencia que atraviesan este problema.

 El caso del búnker de barrio El Ombú es un ejemplo de este escenario que se busca enfocar a nivel de investigaciones en el MPA. El objetivo es que al desmantelar estos puntos de ventas baje la violencia.

 Se realizaron nueve allanamientos en Fray Luis Beltrán, San Lorenzo y Capitán Bermúdez en los que se secuestraron 975.000 pesos, 31 celulares, una máquina contadora de billetes, un automóvil Chevrolet Celta, cuatro balanzas digitales de precisión, 1,5 kilos de cocaína y 1,3 kilos de marihuana. Tres mujeres y un hombre quedaron detenidas.

 En el barrio El Ombú se detectó que funcionaba un búnker desde hacía tiempo. Y los vecinos estaban hartos de esa situación por los problemas que genera en el asentamiento los permanentes tiroteos y hechos de violencia que giran alrededor de la venta de drogas. Incluso, uno de los problemas más graves es que al lado del búnker funciona el merendero Estrella Chiquita, donde van muchos chicos de la zona a tomar la copa de leche.

 La fiscal Benvenuto se comunicó con las autoridades del Arzobispado, que al tomar conocimiento de esta situación buscaron contactarse con el municipio, donde tampoco sabían que en ese lugar en el barrio El Ombú funcionaba un kiosco de venta de drogas.

 En tanto, en San Lorenzo, los allanamientos fueron en Álvarez Thomas y Gutenberg y se secuestró; una balanza de precisión, 105 bolsas de nilón, 5 recortes de bolsas de nilón color verde, 3 envoltorios de nilón de color verde conteniendo en su interior un total de 150 gramos de cocaína; efectivo por $400.850 en billetes de diferente valor y fueron detenidos Axel Agustín M: 26 años y Micaela Morena M. de 19 años.

 La intervención del MPA al detectar estos puntos de venta de drogas y desmantelarlos es el primer paso. Los otros capítulos están en manos del Estado y de la propia sociedad civil, que es evitar que ese sitio lo ocupe otro grupo y todo vuelva a comenzar desde cero.

FUENTE: AIRE DIGITAL

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