El error que dejó al descubierto al estafador de Williner y Las Taperitas

RAFAELA 17 de marzo de 2024 . .
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Una millonaria “inversión” en herramientas, una negociación con su teléfono personal y el registro de su rostro en distintas cámaras de seguridad, fueron claves para desenmarañar una maniobra delictiva que perjudicó a las dos empresas locales y a un ex empleado de las mismas que se constituyó como querellante.

Entre el viernes y la mañana de este sábado se llevaron a cabo las audiencias donde fueron imputados los 18 detenidos en la causa que investiga la estafa millonaria a las empresas Suc. De Alfredo Williner y Las Taperitas. Diecisiete de ellos recuperaron la libertad con medidas alternativas y solo uno habló: “Quiero pedirle perdón a la persona que se perjudicó, yo no estaba al tanto de todo esto”, expresó Daniel Alfredo Balderrama, quien recibió una transferencia superior a los 2 millones de pesos. El imputado restante, Marcelo Daniel Castro quedó en prisión preventiva sin plazo

 
La maniobra delictiva sucedió el pasado 23 de enero, pero la misma había iniciado tres semanas antes, cuando Marcelo Daniel Castro comenzó con un comunicado a un 0800- de la entidad Nuevo Banco Santa Fe, ingresando al canal exclusivo para empresas, y fue siendo asesorado por los operadores de la entidad bancaria para reestablecer claves, contraseñas, entre otros. Previo a ello, Castro había fraguado la identidad de un ex empelado de las empresas locales, quien lleva su mismo nombre, pero diferente apellido. Y se convirtió en su otro yo.

Esa fue su principal arma para desatar la estafa. Ya con su nueva identidad, de un hombre correcto y de renombre, persuadió a los operadores bancarios, siguió minuciosamente cada paso para poder hacerse de las claves y de una nueva tarjeta de coordenadas que lo habilitó a tomar acceso y posesión de las cuentas de Williner y Las Taperitas, (que estaban vinculadas) y comenzó a realizar decenas de transferencias.

Cuando las victimas realizaron la denuncia, comenzó un sinuoso camino para los investigadores. Contaban con registros de audios, de las al menos 10 llamadas que hizo al banco para validar identidad, registros fílmicos de cuando fue a la sucursal de NBSF en Buenos Aires a retirar la tarjeta de coordenadas, y quien se presentó con un DNI que llevaba el nombre del ex empleado de las empresas, pero con la foto de Castro. Todos los registros estaban, pero faltaba la verdadera identidad del estafador.

 
Todas las llamadas se hicieron desde el mismo número y desde la zona de Moreno de Buenos Aires, pero el chip estaba a nombre de una persona de La Rioja, lo que llevaba a los investigadores a un nuevo vacío. Lo único que tenían claro, es que en las escuchas siempre hablaba la misma persona… Castro.

El estafador, intentó hacerse pasar por dos integrantes de la familia Williner, en al menos 7 llamadas, pero llegaba a algún dato que no podía validarlo y desistía. No corrió la misma suerte Marcelo Daniel M., de quién si pudo adulterar y apropiarse de su identidad.

Para entonces, Castro ya había redirigido los más de 170 millones de pesos a distintas cuentas, algunos fueron ágiles y las transfirieron a entidades virtuales de inversión, donde se les pierde el rastro, otros lograron retirarla, y algunos pocos fueron lentos y la justicia puso mano sobre ello. De esa primera intervención, se lograron recuperar unos 30 millones de pesos.

El ideólogo y ejecutor de la maniobra delictiva, comenzó a relajarse, quizá hasta se sintió omnipotente, y una millonaria inversión, lo dejó al descubierto

Entre las decenas de transferencias realizadas, una particularmente llamó la atención de los investigadores. Una suma de más de 16.500.000 de pesos había sido transferida a una empresa de Gran Buenos Aires. Con ello se había pagado una compra de 500 amoladoras, 500 taladros percutores entre otras herramientas. Al ser consultada por los peritos, no dudaron en mostrar recibos y facturas de venta, registros de las cámaras de seguridad, y una particular charla por Whatsapp con el “comprador” que había manifestado ser “representante de Williner”, no era otro que Marcelo Daniel Castro. Había cometido el error de utilizar su teléfono personal, que contaba con su registro.

 
Ya tenían la cara, tenían la maniobra, tenían a los demás receptores del dinero, solo faltaba el nombre. Ese chat, fue el quiebre para Castro. Así cayó, y hoy en los Tribunales de Rafaela, la Jueza de IPP Dra. Cristina Fortunato le dictó al imputado la prisión preventiva sin plazo.

 

Medidas alternativas

En tanto, los otros 17 imputados, recuperaron la libertad bajo la fijación de un domicilio, deberán presentarse a firmar cada 15 días en la comisaría de su jurisdicción, no comunicarse con las víctimas y testigos del caso, deberán pagar una fianza de 500 mil pesos, que debe acreditarse en el plazo de una semana, además no pueden tener ni portar arma de fuego.

 

Otra víctima

La otra víctima en esta causa es contador público nacional, Marcelo Daniel M., del cual Castro se apoderó de su identidad para cometer las estafas. Recordamos, que tal como lo había relatado CASTELLANOS en la edición del 26 de febrero, el contador ya había más de tres años que no trabajaba para las firmas, pero aun así el banco permitió que con esa identidad apócrifa pudiera Castro operar sobre las cuentas. En las últimas horas se conoció que se presentará como querellante en la causa representado por el abogado penalista Dr. Carlos Farías Demaldé, ya que - tanto como las empresas estafadas- también es víctima en el hecho que se investiga. El pedido de ingresar como querellante ya fue elevado a la jueza Dra. Fortunato, a cargo de la causa, pero aún resta su admisión por parte de la magistrada.

DIARIO CASTELLANOS

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