Javier Milei quita fondos a provincias: ¿Santa Fe puede dejar de enviar dinero a la Nación?

ACTUALIDAD 09 de febrero de 2024 . .
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De cada 100 pesos que aportan a la Nación los contribuyentes santafesinos, apenas retornan 57 pesos. ¿Puede Santa Fe dejar de enviar esos recursos al gobierno nacional? Uno de cada tres dólares que recauda el Banco Central por exportaciones, ingresa desde los 29 puertos cerealeros de Santa Fe. ¿Se puede tomar alguna medida?

El gobierno nacional pasó del discurso a los hechos. El presidente Javier Milei calificó de "traidores" a los gobernadores de Juntos por el Cambio y de "delincuentes" a los diputados que no avalaron algunos artículos de la ley ómnibus.
 
Además, avaló con sus "likes" diversos mensajes agraviantes contra el gobernador Maximiliano Pullaro, emitidos de forma prácticamente anónima por fanáticos o trolls que se manifiestan a través de redes sociales.

 En este contexto de quiebre político -a menos de 60 días del inicio de la gestión-, eliminó los subsidios que desde la Nación se enviaban -de manera irregular e inequitativa- a las empresas de colectivos que prestan servicios en el interior del país, aunque mantuvo sus aportes para los coches que recorren el Amba.

Las consecuencias de esta medida impactarán en el corto plazo. Si bien el Gobierno de Santa Fe aseguró que incrementará su cuota de subsidios al transporte, adelantó que no está en condiciones de equiparar los fondos que enviaba Nación, pues ya destina 2.000 millones de pesos a sostener los servicios.

 La diferencia, indefectiblemente, se reflejará en el costo de las tarifas que pagan los usuarios que viven en esta provincia. Lo mismo ocurrirá en el resto de los distritos, con excepción de Capital Federal y alrededores, donde los subsidios se irán reduciendo de manera progresiva.

Pero más allá de lo que suceda en particular con la situación del transporte, el relato oficial insiste en que las provincias no podrían subsistir sin el dinero que mes a mes transfiere el gobierno central a los diferentes distritos.

 Se trata de un discurso falaz. Al menos, para el caso de una provincia como Santa Fe, cuyos habitantes aportan a la Nación mucho más de lo que retorna desde el gobierno central.

 De cada 100 pesos que los habitantes de Santa Fe pagan en impuestos nacionales, regresan 25,5 pesos por copartipación. Además, vuelven otros 32,5 pesos en transferencias no automáticas (por ejemplo, subsidios al transporte, Incentivo Docente, etc.) y en gastos para el pago de obras públicas, universidades, sueldos a empleados públicos, jubilaciones, etc.

 Estos significa que, de cada 100 pesos que aportan los santafesinos, retornan apenas 57 pesos.

 Entonces, la pregunta que destruye el relato oficial es la siguiente: ¿podría el Estado nacional subsistir sin los aportes de provincias productivas como Santa Fe?

¿Y si Santa Fe dejara de enviar recursos al gobierno nacional?
Frente a tamaños desequilibrios y ante decisiones del gobierno nacional que impactan de manera directa en los bolsillos de los santafesinos, surgen otras preguntas recurrentes:

 ¿Por qué motivos Santa Fe continúa enviando recursos a las arcas de un Estado nacional que recorta de esta manera los fondos que transfiere a la provincia?, ¿acaso no podría suspenderse el envío de estos fondos a la Nación?

 La respuesta inmediata es NO, ya que la Administración Federal de Impuestos (Afip) recauda de manera automática el Impuesto al Agregado (IVA) cada vez que un santafesino compra un kilo de arroz, una camisa o una computadora.

 Lo mismo sucede cada vez que se deposita un cheque en el banco (Impuesto a los Débitos y Créditos Bancarios), cuando se carga nafta o gasoil (Impuestos sobre los Combustibles Líquidos), cuando compra se compra un paquete de cigarrillos o de alcohol (Impuestos Internos).

Esta situación también se plantea con las retenciones a las importaciones o exportaciones, cuando un producto ingresa o sale de algún puerto de la provincia de Santa Fe.

 A este esquema se suman otros impuestos que se cobran mediante declaración jurada, como por ejemplo Ganancias o Bienes Personales.

 Desde la década de 1930, se organizó en Argentina el primer régimen de coparticipación federal, a través del cual las provincias delegaron en la Nación el cobro de estos impuestos que luego son redistribuidos a través del Banco de la Nación Argentina mediante un esquema automático.

 El Gobierno de Santa Fe no tiene forma alguna de evitar estas transferencias constantes de recursos de los contribuyentes radicados en territorio provincial hacia el Estado nacional.

Uno de cada tres dólares ingresan desde los puertos de Santa Fe
De todos modos, quizá sí existan algunas medidas a través de las cuales la provincia de Santa Fe podría expresar su posición.

 El exdiputado provincial y actual secretario general del Gobierno de Santa Fe, Juan Cruz Cándido, acaba de tuitear: "No jodan con Santa Fe, que sin nuestros puertos no van a tener ni para pagarle a los trolls".

 Puede haber parecido una bravuconada o una mera expresión de deseo. Sin embargo, no se trata de un tema menor, ya que en la provincia de Santa Fe funciona el mayor complejo portuario cerealero del mundo, con un total de 29 terminales que operan todo tipo de cargas a lo largo de 70 kilómetros del río Paraná, desde Timbúes, hasta Arroyo Seco. Uno de cada tres dólares que ingresan al Banco Central por exportaciones, se recauda gracias a los barcos que parten de los puertos santafesinos. La liquidación de divisas se dispara recién con el embarque de los productos exportados. Por ley, la Provincia no puede cobrar un solo peso de impuestos por dichas exportaciones. Sin embargo, se ve obligada a hacerse cargo del mantenimiento de caminos, rutas y autopistas que se destrozan por el tránsito de camiones que llegan desde todo el país y que atraviesan Santa Fe para llevar millones de toneladas de carga a dichas terminales. Rutas destruidas, policías abocados al control de tránsito, pueblos congestionados, accidentes. Todo un combo de inconvenientes que debe enfrentar la Provincia a nivel económico y humano. Mientras tanto, el Estado nacional -que recorta recursos a Santa Fe-, recauda por estas exportaciones, pero no realiza ningún aporte por el mantenimiento de esta infraestructura vital para el país.

Probablemente nadie lo reconozca de manera oficial, pero en el gobierno santafesino se conversa sobre la posibilidad de generar un esquema que establezca el cobro de peajes diferenciales para los camiones que llegan desde otras provincias o, incluso, un sistema que establezca prioridades para las cargas santafesinas y administre el ingreso de vehículos de otros distritos al territorio provincial para evitar estas congestiones.

 Si esto sucediera, seguramente el impacto económico no alcanzaría, ni mucho menos, para compensar las enormes diferencias que existen entre los recursos que Santa Fe transfiere a la Nación y los que la Nación envía a la provincia de Santa Fe.

 Sin embargo, quizá existiría al menos un efecto simbólico que contribuya a debilitar la falaz idea de que todas las provincias subsisten gracias al gobierno nacional.

 De cada 100 pesos que aportan los contribuyentes santafesinos, apenas retornan 57 pesos. Y la eliminación de los subsidios al transporte del interior, incrementará aún más estos desequilibrios.

FUENTE: AIRE DIGITAL

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